domingo, 26 de julio de 2020

¿Quién se queda con el gato?



Todos estos días me he sentido fatal y sin embargo me he hecho muchas fotografías. Sonriendo, maquillada, con mis gatos, con otra ropa, en lencería... es como si quisiera comprobar que esa mujer triste que soy por estos días, puede actuar tan bien y ocultar todo ese tumulto de pesares y posar con su sonrisa más "genuina" y brillante. Y no es que lo intente para nadie, ni es que quiera ocultar mi yo ansiosa o vuelta mierda, no. Solo quiero verme en una fotografía y decir: ¿de verdad esa soy yo?, ¿cómo puedo verme así si no me siento así? ¿Les ha pasado alguna vez? 
Bueno, han sido días de ir para adentro. Hace 1 semana que no escribo en el blog y la verdad es que han pasado muchas cosas (dentro de esta aparente realidad estática):
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* M y yo hemos decidido terminar nuestra relación -bueno, más yo que M- y estos días hemos estado charlando amistosamente sobre lo que vivimos y sobre cómo todo se salió de control o se fue a pique. También conversamos unas cuántas cosas sobre logística, ¿quién se lleva qué?, ¿en qué días se va él del apartamento?, ¿esperamos a pasar mi cumpleaños juntos o es mejor que se vaya antes? y lo más importante: ¿QUIÉN SE QUEDA CON EL GATO?
Creo que por eso mi celular está lleno de fotos con Lucky últimamente. Aunque se supone que yo me quedo con él, porque está acostumbrado a este espacio, a su altillo lleno de cajas y cosas por explorar, a las ventanas grandes para chismosear gente y palomas... bueno, no sé si pase algo y M se lo lleve.
La situación no ha sido estresante o tensionante, al menos para mí. Hemos estado tranquilos, compartiendo el apartamento como una especie de roomies con una historia intensa en común, pero la verdad es que  por mi parte la relación ya es insostenible: debo ser sincera y apuntar que desde hace un tiempo no queremos lo mismo, yo digo 'poliamor', él dice 'quisiera estar solo los 2' (y eso, para mí, es UN DESACUERDO ENORME, algo que no estoy dispuesta a negociar), debo decir también que lo económico se ha vuelto un problema, que el amor es amor pero compartir un hogar es facturas, responsabilidades, adultez; debo decir que mi amor se agotó, o se aburrió, o se transformó en algo que no es "ganas de compartir una vida juntos" y también mi corazón juntó decepciones y se tomó un tiempo para preguntarse: ¿de verdad es lo que quiero?, ¿de verdad le hago bien/nos hacemos bien?, ¿si ya no le extraño cuando se va, si ya no le deseo, es genuino seguir diciendo que lo amo?, ¿si quiero vivir otras cosas y le digo adiós sabiamente es como traicionarlo? Bueno, infinidad de preguntas que solemos hacernos en este tipo de situaciones "límite". Lo único que queda es haber sido sincera, haber entregado todo el cariño y no por eso seguir en algo que ya no me emociona mucho, como si fuera un protocolo, una especie de compromiso forzoso. Todo el mundo merece que lo quieran con muuuuuchas ganas y yo quiero que a M lo quieran con el alma y lo quieran monógamente (si es lo que desea).

Sería mentiroso si dijera que no hay dolor o algo de nostalgia por ahí, pero para mí siempre será más importante seguir siendo yo misma, seguir siendo fiel a mi esencia y ser sincera conmigo y con aquellos a quienes amo.
*Días después de charlar sobre nuestra separación a M se le hinchó la cara absurdamente, se inflamó y  tuvo que pedir ayuda a su tío médico. Ha estado mejor, ya se deshinchó, pero es increíble la forma en que el cuerpo somatiza las situaciones adversas, difíciles... como las emociones enferman.
*Me lesioné el talón y la pierna izquierda (también somatizando) y he estado coja hace 3 días -más  o menos-, además de unos calambres terribles en las noches.

Bueno, eso ha sido de mi vida pandémica esta semana, la vida, la necesidad de soledad y el no negociar la esencia.

PD: Mi parte dramática se pregunta: ¿QUIÉN SE QUEDA CON EL GATO?, porque con mi ansiedad y teniendo en cuenta que podría pasar mi cumpleaños #25 completamente sola..., ¿qué me quedaría? 
Mi parte sensata y lógica se responde: Bueno, te quedas TÚ MISMA, BASTA Y SOBRA CON ESO. Eres lo que eres y todo esto lo haces por ti. 

domingo, 12 de julio de 2020

Tener una hermana



Hoy mi hermana está cumpliendo 30 años. Yo no soy particularmente expresiva con mi familia, bueno, tal vez en general con nadie, sin embargo, desde el año pasado y en especial este que va corriendo (y espantando) he tratado de cambiar un poco. Expresar el cariño desde mi orilla, tratar de tocar al otro sin volverme un chicle, que pueda sentir mi cariño, que se sorprenda pero no lo sofoque, no lo abrume. Entonces este es un intento de quererla a distancia, celebrarla pero -más allá de esta relación- es un intento de describir un poco la sensación universal de tener una hermana:

(Hay fotos vergonzosas al final y dos posdatas sobre una serie increíble basada en la relación de dos hermanas "Fleabag")



Tener una hermana es que toda la vida te pregunten si son gemelas. Tener una hermana es preguntarle en una nota de voz qué esmalte usó la vez pasada, tener una hermana es hacerse pistola en lugares y a tiempos aleatorios sin ninguna razón aparente, tener una hermana es reírse casi hasta mearse por un chiste mal contado o una estupidez que caló en el momento justo. Tener una hermana es presenciar su embarazo, sus primeros meses en rol de madre, su avance por la vida con esa distancia que deben tener las hermanas. Tener una hermana es ayudarle a redactar la tesis, ver que se gradúa, ver que su vida avanza y sigue de largo aun si eso significa que abandone de a pocos la tuya. Tener una hermana es empalagoso muy de vez en cuando, es un abrazo en cumpleaños, en navidad y año nuevo (como una especie de protocolo), tener una hermana es calcular los años de diferencia e ir entendiendo menos cómo lograron soportarse con los años, tener una hermana es desconocerse brevemente y recuperar su imagen después de comprobar que las rutinas no han cambiado, tener una hermana es una cuerda que se tensa y se afloja, se tensa y se afloja constantemente, tener una hermana es saber que hay temas que jamás revivirán en la mesa, tener una hermana es no contar con detalles muchas cosas y aún así hacerse una idea más real que la mayoría, tener una hermana es pasar ridículos juntas, tener una hermana es ser imprudente, hacer quedar mal, quedar en ridículo de vuelta, es una carcajada, es casi nunca pedir perdón. Tener una hermana es ser consciente de que es la única mujer a la que nunca has "tuteado" y cuando por error lo haces, te sientes sucia. Tener una hermana es reconocer el cuerpo de la otra casi quirurgicamente, con rayos x, posicionamientos exactos de cicatrices, costras y lunares nuevos. Tener una hermana es una incondicionalidad casi perversa y dolorosa, es nunca ajustar cuentas realmente, es un limbo entre el recordatorio y el olvido de pasadas decepciones y dolores, tener una hermana es tan real que te cagas porque alguien te conoce TODA y porque sabes TODO de ella.  Tener una hermana es -siendo justa pero cursi- inaugurar un lenguaje: un sistema no verbal de comunicación eficaz e increíblemente preciso, compuesto de gestos y el conocimiento de toda una vida compartida, hecha de guiños y "oraciones" largas que tiene perfecto sentido o silencios profundos que solo de ese modo hacen justicia a lo vivido y solo así pueden ser compartidos con alguien que te conoce más que tú.

Tener una hermana a veces es incomodísimo, insufrible, pero en los peores momentos -y de veras me refiero a los peores- es jodidamente reconfortante, ese lugar al que siempre puedes acudir cuando todo se vuelve mierda y necesitas que alguien te hable de un tema aleatorio, te saque de ese estado, te muestre un meme, te haga reír por una bobada, te diga con un gesto que igual seguirás siendo su hermana: que para morir ambas y dejar de sufrir todavía faltan muchas carcajadas.
















PD1: Véanse "Fleabag", me sentí demasiado identificada en cuanto a la relación con mi hermana. Creo que recrea perfectamente la constante ambivalencia fastidio/amor de un par de hermanas. 
PD2: Y para cerrar, una frase hermosa y muy cierta -pero que cuesta mucho decir-, de Claire a su hermana Fleabag.

domingo, 5 de julio de 2020

Postales

Plaza Central, San Francisco Cundinamarca, Colombia.

Respiro. Vuelvo a ver el verde, los árboles. Vuelvo a recostarme en una hamaca, vuelvo a tener ganas de respirar, de seguir viva. Hace unos días tuve que viajar a La Vega para llevar al veterinario a una de mis perras, Mostaza. Le habían salido unos bultitos en la piel, en las orejas y en el pecho y podían ser cancerígenas. Corrí como pude, arreglé todo para venir, traerles comida, medicamentos y llevarlos a consulta. Al parecer no es nada tan grave como pensamos. La verdad es que yo tenía una asquerosa zozobra y mucho miedo, pues la vida de esa perra es mi vida. Sé que algún día van a ocluirse sus días a mi lado pero espero no sea pronto pues aun falta mucho por compartir. Mostaza estuvo conmigo y me salvó de la depresión más tremenda de mi vida hasta ahora y me rescató cuando no tenía nada que me motivara a seguir viviendo. Suena trágico y hasta exagerado, pero así fue. Quienes comparten la vida con un animal y se vuelve tan cercano, saben de lo que hablo. En fin, vine, estoy por unos días aquí y los he disfrutado mucho. Extrañaba caminar tranquila, ver el verde, los árboles, los colores de la naturaleza, sus ruidos, sus climas azarosos, los vecinos ruidosos, el olor a leña quemada, tierra húmeda, savia, tinto a eso de las cuatro y el chisme con mamá. Me volvió el alma al cuerpo. También me ha ayudado con mi tesis, refrescando mi mente, dándome nuevas ideas y ganas de leer y escribir.




De verdad esto me ha hecho sentir viva.

Sentada en la hamaca escribo esta entrada. No solo por antojarlos les comparto algunas fotografías que he tomado en este nuevo aire, sino porque sé, que donde quiera que estén, ta vez sientan a misma asfixia con la que estuve cargando semanas anteriores. Necesitamos oxigenar el alma, en dosis tremendas, casi que atiborrarlo hasta que no quepa más. He sido muy feliz aquí con mis perros, mi familia y el único libro que traje conmigo. Regálense algo de aire con los afectos, la poesía o la naturaleza (pero con cuidado) y espero que algo esta semana les llene el almita.


PD: Sol, la criollita que lleva con nosotros ya 6 años, les manda un beso 😘.