domingo, 31 de enero de 2021

Nuevos sitios, nuevos corazones















Esta semana he estado en un montón de nuevos lugares. Me he arriesgado de a poquitos a andar por nuevos caminos, a caminar, ascender, subir calles y montañas, a pisar firme nuevos sitios y corazones, sí, sobre todo corazones. Siento que poco a poco me voy desapegando de viejos hábitos, construyo unos nuevos, imagino otros lugares posibles, nuevas personas y vidas por conocer, me voy encontrando con otras almas que buscan lo mismo, que buscan andar, que buscan descubrir, que quieren nuevas experiencias, sensaciones, están dispuestas a inventar pasos, caricias, sonidos; besos.

No miento cuando digo que esta semana me he sentido viva. Muy viva. Con oxígeno renovado, con nuevos ojos y nuevos paisajes por ver. Estoy empezando a practicar senderismo. Dos veces a la semana subo a pie Monserrate, diviso la Bogotá alta, miro esa ciudad salvaje que habitamos sin darnos cuenta y me quedo absorta pensando en todas las historias que faltan por contar. En cada cuadrito de ciudad, en cada edificio, casa o apartamento, incluso, en cada 4x4, cada habitación... Tantas historias sucediéndose en paralelo, tantos corazones viviendo, llorando, anhelando, extrañando. Ufff. 

Ojalá encuentre más maneras de contar historias. Por ahora seguiré pensándolas desde arriba, llenando los pulmones de aire frío a las 7 a.m.

Me asalta una duda:

¿Serán ciertos esos agüeros que tiene la gente de Monserrate? ¿Será que sí terminan las parejas que suben juntas o se casan? ¿Quién ya lo confirmó?

Bonito domingo.


domingo, 24 de enero de 2021

La Isla


Escribo esto mientras escucho a Jorge Drexler. Acabo de soplarme un rapecito y siento cómo me tranquiliza, me quita la ansiedad, me conecta con este momento precioso. Escribo porque quedé en deuda. Esta mañana agarré la laptop y tecleé, garabateé una entrada y puse  algunas fotos. Quería escribir sobre cartas y el ejercicio que he hecho en los últimos meses de escribir a personas importantes en mi vida; sin embargo en este nuevo estado de mente surge algo más importante, algo que hablé ayer con un amigo increíble: quiero ser asilo.

Asilo, hogar: sí, creo que uno de mis mayores anhelos es convertirme en ese lugar seguro para amigos y amantes, familiares. Un lugar para habitar, para hablar sin ser juzgado, un lugar donde te sirvan chocolate caliente o bebidas espirituosas de todo tipo (según se requiera), dar una cobija, un pañuelo, un hombro, un abrazo, un beso, un mimo, un masaje en la espalda. Quiero y juro que estoy haciendo todo lo que está en mis manos para ser un lugar, un hogar, un afecto constante, una amiga, una confidente... Recibir una llamada y decir: todo bien, ven y hablamos. Quédate a dormir. Quédate una noche, una semana, preséntame a tus hijos, a tus tusas, tus dudas, tus reflexiones. Muéstrame eso que te cuestionas, que no te deja dormir, enséñame lo que te hace dubitar, tropezar, eso que te mantiene a raya de los demás, eso que no te permite ser vulnerable o si no quieres hablar, está bien. Nos quedamos en silencio. O bailamos. O nos distraemos. Muéstrame, yo te escucho, yo te copio, ¿quieres más cerveza?, ¿quieres más tequila? Ufff. Y sí, tal vez es un deseo de tía, de abuela, de madre. No sé. Quiero ser esa amiga infalible, infaltable, la que escucha... eso significa Ximena, ¿sabían? Y eso me hace sentir viva.

Quiero ser, como un amigo músico lo definió en una canción, esa Isla. "Si necesitas una Isla dónde refugiarte/mira hacia aquí/aquí nadie va a preguntarte/de dónde vienes/y lo que quieres/ni por qué eres"

Ven, hablemos. Ven, te arropo. Ven, prendamos la chimenea. Ven. Solo ven.

Quería contarles eso. Creo que este blog también se ha convertido en eso. Muchos de ustedes me leen y me escriben por aquí, por instagram, por facebook. Se identifican con lo que cuento, lo que digo, me preguntan, les da curiosidad... me cuentan también sus rollos, sus líos. Uff. Eso me hace sentir muy bien. No es ego, no es vanidad. Solo es Ximena, siendo lo que etimológicamente es: escucha. Aquí estoy. 

Bienvenidos a La Isla. Gracias por escuchar y gracias por compartirme de vuelta sus dudas, sus reflexiones, su ser.

Un beso y un abrazo.


P.D: Mi amigo aparece en ig como @en_la_parra ahí pueden ver su tremenda música.

domingo, 17 de enero de 2021

¿Cómo vas?

 
Escribo tras pasar los últimos días del año 2020 y los primeros del 2021 viajando. He sabido encontrar experiencias nuevas, paisajes increíbles y personas maravillosas que han hecho de estos viajes una verdadera aventura. Fotos hay de sobra en mi carrete. Polaroids mentales hermosísimas almacenadas en mi memoria. Experiencias sensoriales más allá de lo comunicable. Frío, calor, sol, piquiña, cansancio, energía, pasión... ¿reflexión? Sí. Sobre todo esta última.

Han sido días de desconectarme de volver a la tierra, la naturaleza, el aire limpio, el sonido de los pájaros, los cuerpos de agua (y otros cuerpos) y, aunque no solía orbitar por los círculos "pachamamísticos", he sabido encontrar una especie de camino espiritual sin pose y sin pretensiones; un mero abismarse con entusiasmo y un poquitico -no lo voy a negar- de escepticismo.
He aprendido a decir más: ¡gracias! y ¡gracias! y ¡gracias de nuevo! y aunque no me siento plena, ni especialmente feliz, creo que voy sintiéndome mejor y sospecho que lo bueno no tardará en llegar, sino es que ya está pasando.
He comido delicioso, volvieron mis ganas de escribir, he dado muchos besos, abrazos, he bebido tequila, he soplado rapecito, he escrito cartas a mis seres más queridos y entonces puedo decir que la vida va... y cuando me preguntan: ¿cómo estás?/¿cómo vas?/¿cómo has estado?, siento que no es tan hipócrita decir: Bien. Solo así: Bien.

¡Salud! Feliz 2021.