jueves, 20 de febrero de 2020

Luz y regalos


Purple present, Miguel Ángel 

















Hace mucho que no debo madrugar. No sé porque desde que tengo un gato se me hace más difícil levantarme. Antes, mi reloj biológico me levantaba a las 6 a eme o a las 7 máximo y empezaba la rutina con Mostaza y Coco. Desde que Lucky está puedo seguir de largo hasta las 9 o 10. Miguel ha tenido un flujo de trabajo más exigente y debe irse, algunos días, cuando apenas comienza a clarear el día.

Desde la entrada de "Descuido//Desatención" y de varias charlas que tuvimos al respecto tomó la decisión de volverse algo más detallista y me ha sorprendido con varias cosas por estos días. No me hace feliz que lo haga porque yo se lo pedí, sin embargo soy consciente de que nadie lee mentes y si uno no comunica lo que siente o lo que necesita, el otro tal vez por el afán diario, las preocupaciones urgentes e inmediatas, no va a percibirlo.

Hay que dialogar, entablar conversaciones desde los sentimientos y desde la razón: hay que comunicar. Y claro, también hay que escuchar, realmente prestar atención a los signos, las señales y los pequeños detalles. 
Hay que percibir al otro desde la empatía y desde ahí construir.

Miguel me regaló esta hermosa foto y un bello mensaje. A mí me encantó. Creo que es también importante precisar y tener claro que los detalles no implican siempre algo monetario, algo de dinero, signo pesos ($). Implican algo de valor pero puede ser de valor emocional, estético o económico.
Dejando de lado las situaciones adversas de pareja, creo que este tema es importante. He visto memes al respecto -aunque claro, siempre son de tono machista- en el que hablan de mujeres que creen que los hombres son adivinos o magos. Sí, es cierto, pero no por ser mujer o hombre. Simplemente como personas deberíamos saber comunicar nuestras necesidades, intereses y preocupaciones de forma asertiva para que el otro tenga las herramientas para actuar. Y ojo no actuar como a nosotros nos gustaría, o simplemente para darnos "contentillo" como se dice popularmente, sino porque quiere, porque es consciente de lo que el otro necesita y porque al fin y al cabo lo/la ama. Entonces va actuar, va a mejorar, pero lo va a hacer a su manera, teniendo en cuenta las herramientas que ya le han dado.

Aprender esto siempre me ha costado porque debo admitir que soy caprichosa, pero entendiéndolo racionalmente lo trabajo y hago lo posible por ser consecuente con mi discurso.
¿Quién diría que tener una relación implica tanta filosofía, tanta teoría y sobre todo tanta voluntad de ponerla en práctica?


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