Purple present, Miguel Ángel |
Hace mucho que no debo madrugar. No sé porque desde que tengo un gato se me hace más difícil levantarme. Antes, mi reloj biológico me levantaba a las 6 a eme o a las 7 máximo y empezaba la rutina con Mostaza y Coco. Desde que Lucky está puedo seguir de largo hasta las 9 o 10. Miguel ha tenido un flujo de trabajo más exigente y debe irse, algunos días, cuando apenas comienza a clarear el día.
Desde la entrada de "Descuido//Desatención" y de varias charlas que tuvimos al respecto tomó la decisión de volverse algo más detallista y me ha sorprendido con varias cosas por estos días. No me hace feliz que lo haga porque yo se lo pedí, sin embargo soy consciente de que nadie lee mentes y si uno no comunica lo que siente o lo que necesita, el otro tal vez por el afán diario, las preocupaciones urgentes e inmediatas, no va a percibirlo.
Hay que dialogar, entablar conversaciones desde los sentimientos y desde la razón: hay que comunicar. Y claro, también hay que escuchar, realmente prestar atención a los signos, las señales y los pequeños detalles.
Hay que percibir al otro desde la empatía y desde ahí construir.
Dejando de lado las situaciones adversas de pareja, creo que este tema es importante. He visto memes al respecto -aunque claro, siempre son de tono machista- en el que hablan de mujeres que creen que los hombres son adivinos o magos. Sí, es cierto, pero no por ser mujer o hombre. Simplemente como personas deberíamos saber comunicar nuestras necesidades, intereses y preocupaciones de forma asertiva para que el otro tenga las herramientas para actuar. Y ojo no actuar como a nosotros nos gustaría, o simplemente para darnos "contentillo" como se dice popularmente, sino porque quiere, porque es consciente de lo que el otro necesita y porque al fin y al cabo lo/la ama. Entonces va actuar, va a mejorar, pero lo va a hacer a su manera, teniendo en cuenta las herramientas que ya le han dado.
Aprender esto siempre me ha costado porque debo admitir que soy caprichosa, pero entendiéndolo racionalmente lo trabajo y hago lo posible por ser consecuente con mi discurso.
¿Quién diría que tener una relación implica tanta filosofía, tanta teoría y sobre todo tanta voluntad de ponerla en práctica?
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