domingo, 19 de mayo de 2019

Remix: Posibilidad ft. Constante


Como es mi primera semana en firme con el blog, debo decir que tenía miedo y no sabía de qué hablar. En realidad, no sé si ustedes leen completas mis entradas o se aburren en el primer párrafo o les parece flojo o ni lo abren. Lo ignoro. Sólo sé que he tratado de hablarles sin artificios y sin maquillar nada: que lo que ustedes lean sea lo más genuino posible. Un acercamiento sin filtros, un zoom, incluso, a esas partes defectuosas o sin pulir, las no tan graciosas e increíblemente irritantes.
En fin, estaba nerviosa por no saber de qué hablar, qué contar o cómo hacerlo de manera precisa. Había hecho algunas anotaciones en cuaderno -volví a escribir a mano- y les iba a contar un ritual ridículo (de los tantos que hago), sobre música y plantas, tratando de seguir una línea de presentación, que me conozcan como personaje, autora y dizque-fotógrafa, y bueno, un poco ese acto ególatra. Sin embargo, hoy ataca de nuevo una constante: la enfermedad. Entonces me llena el pensamiento y solo puedo mover mis dedos según lo dicta esta condición. Y sí. Cuando me enfermo suelo ser dramática, pero en realidad, en la escala de dolores que cada uno -imagino- debe tener, la aguja de la mía apuntaba bastante alto. Pienso y pensaba -cuando me enfermo pienso mucho-, en la humillación que de alguna manera  nos representa la enfermedad, sabernos vulnerables, sentir que nos acecha y nos vigila, que a punzadas nos baja de la nube del ego, nos arruina el cuento de ser el ombligo del universo.

Entonces, releí algo que escribí hace poco (el mes pasado), cuando la nación de la enfermedad atacó.
Cruzar un largo camino: púas, filos, el rojo punzante que se va y vuelve, nos visita y huye. Sin más. Pasará el tiempo de seguro y la enfermedad  seguirá siendo una posibilidad. Una que desearíamos mantener lejana; remota. 
Y se me antojó hacer un Remix: 

Fotografías de días distintos ft. Dolores distintos (izq. físico, der. emocional)

Ahora agarro como excusa las tonterías que pienso y titulo así esta entrada, con la esperanza de que me lean y que, aunque me/nos atrape otra vez el hombre de rojo, seamos escapistas.


Datocuriosoirrelevante: Cuando enfermo escucho a mi compositor favorito Ludovico Einaudi, es mágico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario