domingo, 14 de julio de 2019

Topofilia: Barco & Arango

Terraza Arango
Cafetería Barco









Topofilia: Hacer el amor con los lugares, ¿o cómo era?









Me gusta ir a la Virgilio Barco y a la Luis Ángel Arango.
Para los que me leen desde otros países -ya  puedo decirlo con propiedad-, éstas son dos bibliotecas grandes en Bogotá, diría yo las más importantes. Seguido de la aclaración, debo hacer otra: estudio Creación Literaria y soy promotora de lectura, trabajo en un espacio no convencional, algo así como una biblioteca en un parque de la ciudad; por ello tienen tanto significado para mí estos lugares. Ya ven, paso aquí muchas horas semanales de mi vida, he pasado malos ratos, encuentros conmigo misma, lecturas tristes, lecturas que no creí hallar, lecturas que me revelaron cosas profundas, lecturas que me hicieron evadir mi entorno y lograron transportarme a un lugar sin tanto drama -en mi vida suele haber mucho drama-. En fin. En estos dos lugares me he construido y, hablando de construcción, debo decir que tienen una arquitectura especial, encuentros peculiares con la luz, escaleras sinuosas, algunas en forma de espiral, ventanas circulares, uff, y esa terraza (Arango) que deja ver el centro con su prisa, esa Bogotá inclemente pero bella. Barco & Arango, sobre todo, a mi juicio, logran construir una atmósfera de pausa, una estadía atemporal, imprescindible para los días y la vida agitados. He tomado muchas fotografías en estos sitios. También me he encontrado con muchas personas y arcoiris allí, encuentros que no solo me llenan de asombro visual y emotivo sino que van creando una colección de momentos remarcables -con la etiqueta de 'demasiado increíbles' en el almita y en la galería de mi celular-.
Bueno, quería compartir esto. Mañana iré de nuevo a la Virgilio y sé que me espera otra experiencia significativa. Un lunes más que admiro y descubro a LaCuatro que puedo ser bajo y con esos muros.

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