lunes, 1 de julio de 2019

Privilegios y esnobismo

Hago esta entrada sin mucha expectativa de ser leída. Todos deben estar disfrutando de Rock al Parque o con la resaca post-pride. De todos modos es lunes, festivo, yo no fui a Rock al Parque y quise escribir. Estas semanas han sido un asco. Los últimos días me he enfrentado a lo peor de mí y de las relaciones afectivas. Pero en medio de esto -y en un gigantezco intento por olvidarme de ello- decidí hablar sobre el Orgullo LGTBIQ:
Oigan, de verdad, ustedes son muy ásperos. Enfrentarse a medio mundo para poder salir con quien se les de la gana, para ejercer sus derechos afectivos, su intimidad, para vestirse, usar lo que quieran, amar como quieran, ser y ejercer autonomía en todo su ser. Y tener que luchar. Esa es la parte que no debería existir. A otros nos es dado como privilegio. Agarramos de la mano a nuestros  novios/novias y nadie nos  mira raro. Nos besamos en todo lado y nadie se escandaliza. ¡Pero la gente todavía pega un grito en el cielo cuando los ve! No soportan que por un día sean protagonistas, que solo por un día sean el espectáculo, lo principal. ¡Partida de imbéciles! Yo creo sinceramente que ustedes, a fuerza de tener que  luchar y lidiar con tanto, ustedes por llevar y amar con todo y prejuicios, son los únicos que en esta sociedad líquida se atreven a hacerlo. A amar con todo. Porque les es negado. Porque es prohibido. Porque les cuesta. Los demás solo andamos en jueguitos pendejos. No nos han matado, golpeado, o amenazado por amar. Ustedes se arriesgan. Viven. Aman. Eso siento yo hoy. Con la desilusión afectiva a cuestas me atrevo a decir que ustedes son los únicos que desean casarse hoy día, conformar un hogar o tener una relación estable a prueba de todo. Qué chimba. Nosostros somos simples esnobistas.

Gracias y orgullo siempre.

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